El petróleo condensado, la amenaza invisible de un Prestige en el Mar de la China

La carga del ‘Sanchi’ no ofrecerá mareas negras pero su peligrosidad ecológica es mayor que en otros sucesos similares. Más de 30 muertos y un desastre ecológico en el horizonte.

La carga del ‘Sanchi’ no ofrecerá mareas negras pero su peligrosidad ecológica es mayor que en otros sucesos similares. Más de 30 muertos y un desastre ecológico en el horizonte.

 
Más de 30 muertos y un desastre ecológico en el horizonte. Son las consecuencias inmediatas del accidente del petrolero iraní Sanchi, que el pasado día 6 de enero colisionó en pleno mar de China Oriental con el carguero hongkonés CF Crystal.

Desde entonces se ha tratado de evitar la tragedia humana; pero este domingo, cuando las autoridades abandonaron toda esperanza, ya con el buque hundido, la batalla es otra: evitar las impredecibles consecuencias de un posible vertido de 136.000 toneladas de petróleo condensado al mar.

Las opiniones giran desde el más absoluto de los fatalismos a la creencia de que es mayor el miedo que las consecuencias. La realidad es que el petróleo condensado tiene un peligro extraordinario ya que, a diferencia de las mareas negras o manchas brillantes de sucesos similares, es una sustancia incolora e inodora, lo que complicará su detección posterior.

Por otra parte, también es mucho más tóxico e inflamable que el crudo convencional y su disolución más conflictiva, como señalaba un experto citado por la BBC, Simon Boxall, del Centro Nacional de Oceanografía de la Universidad de Southampton, quien no duda en considerar que un cargamento de petróleo condensado hundido en el fondo del mar es una “bomba del tiempo” que irá ‘explotando’ poco a poco y envenando hasta “cientos de kilómetros a la redonda”.

150 millas a la deriva

La huella del naufragio sigue siendo aún una extensa mancha de fuego cuyas llamas alcanzan, según los testigos, hasta los mil de metros de altura. Sin embargo, se desconoce el volumen de la carga que se ha hundido y la que se ha consumido por el fuego. Otro factor, esta incógnita, que le aporta más incertidumbre al horizonte de acontecimientos.

Lin Boqiangm director del Centro Chino para la Investigación de Energía Económica de la Universidad de Xiamen, reconocía al diario chino Global Times que, pensando en lo estrictamente ecológico, era preferible que hubiera ardido que el material se vaya al fondo marino: “Las fugas matarán a toda vida marina con la que se encuentren”, presagió.

Diferencias con el Prestige

Por su situación en pleno mar y por lo anteriormente expuesto, las imágenes que dejará el posble desastre ecológico será muy diferentes a las de otras catástrofes similares que están en la memoria colectiva, como la del Exxon Valdez en Estados Unidos (1989) o el más reciente -y cercano- Prestige en España en 2002. Estos casos dejaron manchas visibles sobre el agua y cientos de kilómetros de costa tintadas de negro; en este caso el peligro es invisible y, en términos de cantidad, también es de una magnitud superior a ambos casos.

El Sanchi, navío de bandera panameña, transportaba la carga hacia el puerto surcoreano de Daesan, cuando impactó por causas que se desconocen con el carguero con sede en Hong Kong ‘Crystal’. Aunque este último no sufrió consecuencias y sus 21 tripulantes, todos chinos, fueron rescatados ilesos, en el petrolero pronto se vio que el desastre se avecinaba.

Enseguida se confirmaron dos víctimas mortales aunque las explosiones y la toxicidad de las emanaciones impideron los trabajos de rescate y, con el paso de los días, llegar a hasta la cifra de 32 muertos, la mayoría de nacionalidad iraní, para los que ya no quedó esperanza. (GABRIEL MORALES – EL ESPAÑOL)

27/01/2018

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