El Ártico, exploración petrolera en condiciones extremas

Los planes de exploración petrolera en el Ártico, preocupan hoy cada vez más a ambientalistas y a otras personas, alarmadas ante una eventual explotación de la riqueza de hidrocarburos en una zona tan riesgosa.

Los planes de exploración petrolera en el Ártico, preocupan hoy cada vez más a ambientalistas y a otras personas, alarmadas ante una eventual explotación de la riqueza de hidrocarburos en una zona tan riesgosa.

 

Actualmente compañías de Rusia, Noruega, Estados Unidos y otros países cercanos a las aguas del océano Ártico, demuestran un renovado interés en la riqueza petrolífera de esa área, pese a ser una de las más inhóspitas del planeta.

Se trata de una superficie superior a los 14 millones de kilómetros cuadrados de hielo y nieve, donde se estima que está el 30 por ciento de las reservas de gas natural y el 13 por ciento del petróleo que quedan por descubrir.

Recientemente el presidente norteamericano Donald Trump dio luz verde a las exploraciones petrolíferas, al proponer abrir casi todas las aguas en alta mar del país a las perforaciones de petróleo y gas.

Con esa decisión el mandatario revirtió las protecciones existentes en los océanos Ártico, Atlántico y Pacífico.

Esta iniciativa para ampliar la producción energética estadounidense, se enfrenta a objeciones de ambientalistas, funcionarios estatales y algunos grupos empresariales preocupados por los derrames y el potencial impacto en el turismo costero.

Mientras, en Noruega, una larga y ardua querella entre Greenpeeace y la estatal petrolera relacionada con la exploración en el Ártico, acaba de decidirse a favor de esta última.

Rusia no se queda atrás en la mira de esa área, y prueba de ello es que el país orientó intensificar la búsqueda de petróleo y gas por debajo de las imponentes placas de hielo pese a los gélidos vientos del Ártico.

Según fuentes de ese país, hasta el momento este es el único que tiene una plataforma petrolera produciendo en aguas árticas.

Esta instalación se encuentra en el mar de Pechora, en Rusia, se llama Prirazlomnaya, está ubicada en el yacimiento del mismo nombre y es operada por Gazprom. Su actividad convirtió en 2017 a esa nación en la primera en comercializar petróleo del Ártico en el mundo.

De acuerdo con datos de la consultora Ernst&Young, Rusia es también el país que tiene las mayores reservas de hidrocarburos en la región del Ártico, con un 52 por ciento, seguido por Estados Unidos y Groenlandia, con un 20 y un 11 por ciento, respectivamente. El resto pertenece a Canadá, Noruega y Dinamarca.

Según expertos, las peculiaridades climáticas son el factor que más condiciona el desarrollo de cualquier infraestructura.

Con una temperatura que en los meses más fríos ronda los menos 40 grados celsius y una máxima en torno a cero grado en las épocas más cálidas del año, en el Ártico resulta un desafío desde el punto de vista técnico construir cualquier tipo de instalación de apoyo, por ejemplo, a la navegación.

En la industria petrolera, por tanto, al reto de la extracción se suma hacerlo en condiciones extremas. Además del frío, el fuerte viento y la falta de luz durante gran parte del año dificultan cualquier tipo de actividad humana.

Sin duda, la duras condiciones del territorio han sido una de las causas principales que han impedido el desarrollo de la industria en la zona, que representa la última frontera del desarrollo convencional de hidrocarburos. (Roberto Salomón – PRENSA LATINA)

02/02/2018

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