GNL y energía limpia offshore hasta los rincones más remotos del planeta

El proyecto DirectLink LNG de Gas Natural Fenosa está revolucionado el mercado del Gas Natural Licuado (GNL). Despliegue de una plataforma energética de 20 metros de lado en el mar en cuestión de minutos para la realización de una descarga de GNL.

El proyecto DirectLink LNG de Gas Natural Fenosa está revolucionado el mercado del Gas Natural Licuado (GNL). Despliegue de una plataforma energética de 20 metros de lado en el mar en cuestión de minutos para la realización de una descarga de GNL.

   
Imagina el despliegue de una plataforma energética de 20 metros de lado en el mar en cuestión de minutos para la realización de una descarga de GNL. No es únicamente una plataforma de acero flotando en la inmensidad del océano. Es una superficie que acerca el combustible fósil más respetuoso con el medio ambiente a los rincones más inhóspitos del planeta. El enlace (link) que viaja por los mares para abastecer de energía limpia al mundo.  

Tiene nombre y apellidos: DirectLink LNG. Su denominación puede parecer complicada, pero responde a una realidad mucho más sencilla. La necesidad de una solución sostenible para el suministro energético gestionable que llegue a muchos más países. Sí, también a aquellos más recónditos y minúsculos. Así es como el proyecto a cargo de Gas Natural Fenosa consigue expandir la cobertura del Gas Natural Licuado (GNL). Y lo hace sin dejar al margen los mercados con necesidades de suministro a pequeña y mediana escala.

En el globo terrestre hay un total de 193 países reconocidos. Diez de ellos cuentan con una superficie inferior a 350 kilómetros cuadrados. Es decir, más pequeños que la ciudad de Las Vegas. De todos ellos, seis son islas, por lo que el GNL podría llegar de forma sencilla a través de este innovador sistema marítimo. Porque hasta la fecha su suministro no era viable.

Del Pacífico al Índico, pasando por el mar Caribe. Entre esas aguas se extienden estos diminutos países, que pese a su superficie, se caracterizan por una grandeza natural inigualable. Lugares en los que, todavía, las únicas fuentes de energía que mueven sus medios de transporte son primarias, como el gasoil o el fuel oil pesado. Combustibles poco sostenibles y de altas emisiones que causan un impacto negativo e irreversible en sus paisajes.

El sistema integrado DirectLink LNG se ha construido en colaboración con el tecnólogo noruego Connect LNG. Fruto de este trabajo conjunto, se ha abierto la puerta de acceso del gas natural a vehículos, flotas de autobuses, fábricas industriales, buques o centrales de generación eléctrica, que podrán seguir en funcionamiento pero ahora con un carburante que emite hasta un 25% menos de CO2 que los tradicionales.

EN 6 VARIABLES

Flexibilidad
Puede conectarse con cualquier tipo de buque metanero sin necesidad de modificaciones

Seguridad
Cumple las normas y regulaciones aplicables al ámbito del transporte y descarga de gas natural

Tecnología
Cuenta con una tecnología sencilla y probada que ofrece una solución optimizada

Riesgo
Muy reducido gracias a la flexibilidad del sistema

Costes y tiempo de instalación
Hasta un 50% menos de costes. Instalación en un tercio del tiempo necesario de construir una terminal al uso

Medio ambiente
Respetuoso con el medio y sin incidencia alguna en los fondos marinos

Este ambicioso proyecto, desarrollado en tan solo seis meses, supone una auténtica transformación del mercado energético mundial. “Una solución única que va a revolucionar el mercado de pequeña y mediana escala del gas natural licuado en los próximos años a nivel mundial”, según explica el director de I2T Energía y Sostenibilidad y director de DirectLink LNG, José Miguel Moreno Blanes.

Y es que hasta ahora, el elevado coste de las instalaciones portuarias convencionales impedía suministrar GNL en volúmenes reducidos. En estos niveles, la demanda de los clientes es de una potencia eléctrica de entre 50 y 300 megavatios; unas cantidades demasiado pequeñas para rentabilizar una infraestructura convencional.

Una solución única que va a revolucionar el mercado de pequeña y mediana escala del gas natural licuado en los próximos años a nivel mundial.

Veamos el proceso de esta pionera tecnología que no requiere de una infraestructura fija. Primero, el barco sale de la planta de licuefacción cargado de GNL. A continuación, llega a la zona donde es amarrado un sistema de boyas, para posteriormente desplegarse la plataforma flotante arrastrada por un remolcador y se procede a extender las mangueras desde tierra hasta el casco del barco. Por último, se acoplan al buque que dispone de un sistema compatible con cualquier tipo de barco metanero.

NUEVAS APLICACIONES
 
1. Sistema de amarre en aguas abiertas

2. Plataforma flotante de GNL. Innovador sistema de unión y sistema de defensa lateral

3. Mangueras criogénicas flotantes, flexibles y enrrollables

4. Instalación onshore modular

Este sistema de transferencia flotante de GNL fue gestado en el astillero de Brevik (Noruega), en colaboración con el tecnólogo noruego ConnectLNG. Allí se construyó la plataforma, que más tarde se puso a prueba en Herøya, localidad de los fiordos noruegos cuyo nombre, por cierto, significa liebre. Una especie que se caracteriza por su agilidad. La misma agilidad con la que se producen las descargas de GNL, que pueden llegar hasta 2.500 metros cúbicos a la hora con este sistema integrado.

¿Pero cuánto son 2.500 metros cúbicos a la hora? Para hacernos una idea, en lo que se alarga una jornada laboral, de 8 horas, se conseguiría rellenar de GNL ocho piscinas olímpicas. Así es como, surcando los mares, la tecnología DirectLink LNG está preparada para abastecer de energía a aquellos rincones de difícil acceso del planeta, donde hasta ahora no era económica o medioambientalmente viable. Un significativo paso adelante en el proceso de transformación energética. (Elvira Llopart-LA VANGUARDIA)

25/05/2018

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