Revelan la inocuidad de un gusano de las almejas

Un estudio científico demuestra la inocuidad de un gusano que habita en el interior de una almeja de los fondos marinos frente a las costas de Argentina y de Brasil. El hallazgo no sólo sirve para “tranquilizar” al molusco bivalvo sino también a sus eventuales consumidores humanos.


Un estudio científico demuestra la inocuidad de un gusano que habita en el interior de una almeja de los fondos marinos frente a las costas de Argentina y de Brasil. El hallazgo no sólo sirve para “tranquilizar” al molusco bivalvo sino también a sus eventuales consumidores humanos.

En 2001, científicos del Instituto de Biología de Organismos Marinos (IBIOMAR), en Puerto Madryn, describieron por primera vez a una especie de gusano de 20 a 60 milímetros de longitud, que vive únicamente dentro de la almeja panopea o “almeja trompa de elefante”, la de mayor tamaño del Mar Argentino (puede pesar más de un kilo). Sin embargo, no se sabía si el gusano, bautizado Malacobdella arrokeana, causaba daños en su hospedador o podía afectar a la salud humana.

Para demostrar el tipo de relación entre ambos organismos, los científicos los estudiaron por buceo a profundidades de 20 metros en los golfos del norte de la Patagonia. Asimismo, determinaron sus respectivas dietas por observación del contenido estomacal y análisis fisicoquímicos. Y realizaron estudios anatómicos  mediante microscopía electrónica de barrido.

El análisis, publicado en la revista científica “Zoological Science”, no dejó margen de dudas: los gusanos y las almejas que los contienen en sus branquias se alimentan de lo mismo, plancton animal y vegetal. “Su relación es de comensalismo y no de parasitismo: el gusano ingiere el alimento que la almeja consigue filtrando agua en su interior, sin causarle daño”, indicó a la Agencia CyTA-Leloir el doctor Gregorio Bigatti, director  del Laboratorio de Reproducción y Biología Integrativa de Invertebrados Marinos (LARBIM) del IBIOMAR, que depende del Centro Nacional Patagónico (CENPAT) y del CONICET.

Por otra parte, la estructura y forma de la probóscide o apéndice del gusano probó ser incapaz de lesionar el tejido de su hospedador.

La almeja panopea se pesca de manera artesanal con buzos, en los golfos San José y San Matías, desde 1999. Se comercializa congelada, fresca y viva. Y por su sabor y textura, se emplea en sushis y en otros platos.

La investigación forma parte de la tesis doctoral de José Elías Fernandez Alfaya defendida en la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco y se pudo realizar gracias a la colaboración con especialistas como la doctora Annie Machordom, del Museo de Ciencias Naturales de Madrid, en España; el doctor David Galván, del CESIMAR-CONICET; y el doctor Pablo Penchaszadeh, del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia (MACN).

(Agencia CyTA)

19/07/16

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