Un “oasis” de oxígeno en un lago antártico, ejemplo de cómo pudo ser la oxigenación de la Tierra

No siempre ha habido oxígeno en la atmósfera de la Tierra ni en sus mares y lagos. El proceso que lo hizo posible encierra aún muchos misterios para la ciencia moderna, pero lo descubierto recientemente en un lago antártico puede que ayude a entender un poco mejor algunos detalles de aquel intrigante proceso.


No siempre ha habido oxígeno en la atmósfera de la Tierra ni en sus mares y lagos. El proceso que lo hizo posible encierra aún muchos misterios para la ciencia moderna, pero lo descubierto recientemente en un lago antártico puede que ayude a entender un poco mejor algunos detalles de aquel intrigante proceso.

Unos científicos han encontrado que en el fondo de un helado lago antártico hay una fina capa de limo verde que está generando un pequeño oasis de oxígeno. Es la primera réplica moderna descubierta de las condiciones que había en la Tierra hace 2.500 millones de años, poco antes de que el oxígeno se hiciera común en la atmósfera.

La transición de la Tierra desde un estado con muy poco oxígeno disponible hasta otro estado con una atmósfera muy parecida a la actual fue uno de los más importantes sucesos de la historia de nuestro planeta, y todo sucedió así porque algunas bacterias desarrollaron la capacidad de fotosintetizar. Los registros geoquímicos muestran que hace unos 2.400 millones de años el oxígeno ya estaba presente hasta en la alta atmósfera.

Lo que no está claro es lo que ocurrió entre una y otra situación, o cuánto duro la transición, llamada la Gran Oxidación. Los científicos han especulado con la posible existencia y proliferación en aquella época de numerosos oasis de oxígeno, áreas locales donde este vital gas era abundante antes de generalizarse en todo el planeta.

El nuevo descubrimiento, hecho en el lago Fryxell, en los Valles Secos de McMurdo en la Antártida, por el equipo internacional de Dawn Sumner, de la Universidad de California en Davis, Estados Unidos, podría ser un ejemplo moderno de un oasis de oxígeno de esa clase, y ayudar a los geoquímicos a determinar qué buscar en las rocas del pasado remoto.

Los lagos de los Valles Secos de McMurdo contienen habitualmente oxígeno en sus capas superiores, pero suelen ser anóxicos más abajo. El lago Fryxell es insólito porque se convierte en anóxico a una profundidad donde la luz aún puede penetrar.

Durante sus inmersiones por debajo de la zona con oxígeno, dos de los miembros del equipo de investigación, Ian Hawes, de la Universidad de Canterbury en Nueva Zelanda, y Tyler Mackey, de la Universidad de California en Davis, observaron algunas bacterias verdes brillantes que parecía que podían estar fotosintetizando. A raíz de ello, se hicieron mediciones y se descubrió una delgada capa de oxígeno, de apenas uno o dos milímetros de espesor, que era generada por las bacterias. Algo similar pudo suceder hace 2.500 millones de años. (Noticias de la Ciencia)

04/09/15

 

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